¿Es posible tener una vacuna contra el Coronavirus?

Los titulares de medios de comunicación, periódicos, portales on-line, redes sociales en todo el mundo nos informan diariamente de las posibles vacunas en estudio, es más algunos han ido incluso más allá, afirmando que la vacuna  contra el Coronavirus estará disponible para agosto de este año.

Normalmente el proceso sistematizado de investigación de vacunas suele demandar alrededor de 10 años entre las etapas preclínicas y clínicas, incluso hay virus para los que nunca se llega a lograr una vacuna que sea segura y efectiva.

La etapa preclínica de la investigación se la realiza en un laboratorio aislando la molécula estable y experimentando en animales, cuando esto resulta, recién se realiza en humanos.

La Etapa clínica de investigación se realiza en una I Fase en un grupo pequeño de personas, luego en la II Fase en un grupo más grande de voluntario y posteriormente en una III Fase es lanzado al sistema sanitario donde se sigue observando la eficacia y posibles reacciones adversas que puedan tener por la gran variabilidad biológica de los seres humano, los investigadores llaman a esta IV Fase de investigación clínica o Fase de Farmacovigilancia.

El esfuerzo global de investigación y desarrollo de vacunas en respuesta a la pandemia no tiene precedentes en términos de escala y velocidad, acortando los plazos al máximo, pero hasta que contemos con la vacuna existen diferentes propuestas que me parecen muy interesantes para que puedan implementarse en esta lucha contra el Coronavirus.

1ro Propuesta “La OMS lanza una acción histórica para acelerar la producción de vacunas y tests”

La ONU, su agencia de salud, y líderes mundiales del sector público y privado anunciaron una alianza mundial para acelerar la vacuna contra el Coronavirus y hacerla accesible para toda la humanidad.

La iniciativa también busca proveer tratamientos y herramientas en la lucha mundial contra la pandemia. 

Me parece una propuesta muy interesante, porque no solo potenciará las investigaciones aisladas, sino que unirá al mundo bajo un mismo lema “Unidos venceremos al coronavirus”.

2da Propuesta “Las vacunas convencionales, un arma alternativa contra el Coronavirus”

Investigadores de la UPNA en España creen que vacunas bacterianas pueden favorecer la lucha contra el coronavirus poniendo en alerta el sistema inmune del organismo, no contra el coronavirus sino contra otros patógenos, esto puede servir para mejorar la respuesta inmunológica del cuerpo.

Creen que un buen estado inmunitario, estimulado por las vacunas convencionales, puede explicar incluso algunos de las incógnitas de esta pandemia, como, por ejemplo, que los peor parados por la enfermedad son los de mayor edad, “que tienen el sistema inmune más tocado”, mientras que los niños, muchos de ellos vacunados poco antes, cuentan “con un sistema mucho más versátil” que les ha podido ayudar a que en general no sufran la enfermedad.

3ra Propuesta “Ensayos de Exposición con vacunas para el covid-19”

Uno de los factores que demora el proceso es que en la llamada fase III, en la que se evalúa la seguridad y eficacia de la vacuna, decenas de miles de personas tras participar en el ensayo continúan con su vida diaria y generar y analizar esta información es algo que lleva mucho tiempo.

Para acelerar este proceso, un equipo internacional de expertos de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres (LSHTM) y de la Universidad Rutgers (Estados Unidos) lanzó una osada propuesta que no está exenta de polémica: remplazar esta fase en el proceso de creación de vacunas por los llamados «ensayos clínicos de exposición o de provocación».

En términos más simples, probar algunas de las vacunas que parecen más prometedoras en un número reducido de personas, alrededor de 100 o 150 y contagiarlas artificialmente después con el virus para ver si funcionan.

En principio, exponer deliberadamente a una persona a una enfermedad parecería una idea bastante cuestionable, pero esto se hace desde al menos dos siglos, y se sigue haciendo bajo estrictos parámetros éticos y científicos para buscar soluciones a enfermedades menos letales y que tienen cura como la malaria, el dengue, la influenza o el cólera.

Conclusión

La evidencia científica reunida hasta el momento no ofrece certeza de que una persona que ha contraído el coronavirus, se ha recuperado y ha generado anticuerpos esté protegida contra una segunda infección, sin embargo, el hecho de que se haya recuperado nos alienta a seguir investigando una vacuna.

Una vacuna tiene que probar dos cosas, primero la eficacia para conferirnos protección contra el virus, porque las vacunas no destruyen el virus sino ayudan al sistema inmune y segundo, que no nos cause daño y consecuencias posteriores, al acortar los plazos de investigación de la vacuna no podremos estar seguros que sean eficaz e inocuo.

¿Es posible tener una vacuna contra el coronavirus?  desde mi punto de vista si, lo tendremos para este año no, en el mejor de los casos y “si respetamos mínimamente los plazos de estudios de las vacunas” podríamos tenerla para el 2021, hasta eso es importante contar con propuestas y estrategias como las expuestas.

Publicado por MSc. Dr. Rodney Rivero Cardenas

"Profesional en Mérito de Bolivia” Asamblea Legislativa de Bolivia "Maestría en Farmacia Clínica y Gestión Farmacéutica" La Paz - Bolivia “Médico Cirujano” La Paz – Bolivia “Cirujano Dentista” La Paz – Bolivia “Gestión del Conocimiento en el Tercer Sector“ Madrid – España “Especialista en Marketing Digital y Redes Sociales“ (Cursante) Rio Branco – Brasil DISERTANTE DE CURSOS Y CONGRESOS NACIONALES E INTERNACIONALES

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